Las fuentes de información son documentos (textos, gráficos, audios…) que contienen datos. Dependiendo de cómo recojan esos datos, son clasificadas como fuentes primarias, secundarias o terciarias.
Conocer los tipos de fuentes que existen y cómo utilizarlas en una investigación es fundamental a la hora de hacer TFM o cualquier otro trabajo académico de base científica.
Fuentes de información: definición
Si estás en el proceso de plantear tu TFG, te interesa saber qué son las fuentes de información y cómo utilizarlas. Todo objeto, documento y testimonio es susceptible de ser considerado una fuente, dependiendo del tema que se investigue. Incluso los objetos pueden considerarse una fuente de información primaria.
Tipos de fuentes de información
Según su tipo, origen y clase de datos, los tipos de fuentes se clasifican en tres niveles, a partir de su cercanía a los hechos y el nivel de análisis o interpretación que aportan a los datos.
Las fuentes de información primarias
Las fuentes de información primarias son el tipo de fuentes que aportan datos en bruto, no interpretados ni manipulados. Pueden ser
- Fuentes de información desconocidas
- Fuentes primarias inéditas (no publicadas)
- Fuentes de información publicadas
Pero lo importante es que no hayan sufrido ningún tipo de modificación y mantengan su estado original.
Fuentes de información primarias ejemplos
Las fuentes pueden incluirse en uno u otro nivel dependiendo del tema a investigar, pero por norma general se consideran fuertes primarias:
- Documentos históricos
- Cartas
- Obras de arte
- Discursos
- Fotografías
- Testimonios arqueológicos
- Encuestas y cuestionarios
- Estudios de caso
- Entrevistas
- Diarios
- Leyes
- Registros
Algunas fuentes como por ejemplo las biografías, pueden considerarse una fuente secundaria o primaria dependiendo del tema de investigación. Por ejemplo, si se estudia la vida de un artista, su biografía realizada por un contemporáneo puede ser considerada una fuente primaria.
Las fuentes de información secundarias
Las fuentes de información secundaria son aquellas que han seleccionado, organizado, analizado o modificado de alguna forma los datos primarios. Su mera compilación ya supone un sesgo, por lo que, por ejemplo una monografía, se considera una fuente secundaria o incluso terciaria.
Fuentes de información secundarias ejemplos
Se consideran fuentes de información secundarias los documentos como:
- los artículos de opinión
- las noticias
- las novelas históricas
- las crónicas
- los ensayos
- los documentales
- las monografías
Además, algunos artículos periodísticos, los libros y las películas, son también considerados como fuentes de información secundarias, pero dependiendo de su temática y del tipo de investigación para el que se consideren una fuente, pueden ser también fuentes primarias.
Las fuentes de información terciarias
Aunque no son frecuentes y requieren un alto nivel de especialización, también existen fuentes terciarias. En su caso, su particularidad está en que SIEMPRE remiten a las fuentes de información secundarias y primarias de las que beben.
Fuentes de información terciarias ejemplos
Los almanaques, las compilaciones, las enciclopedias, las monografías, los diccionarios técnicos, las bibliografías, los listados, los directorios, los informes, los catálogos… son fuentes terciarias. Algunas como las enciclopedias pueden ser consideradas, dependiendo de la investigación, también como fuentes secundarias.
Calidad de las fuentes de información: cómo se evalúa
La calidad de las fuentes de información utilizadas a la hora de hacer trabajos es uno de los puntos críticos en su evaluación. Un investigador debe saber reconocer qué fuentes son importantes y fiables, y cuales son desechables o irrelevantes.
Autoridad de la fuente
La autoridad de la fuente de información remite a quién la proporciona. En el caso de las fuentes primarias, su fiabilidad deriva de su custodia. Por ejemplo, de un archivo histórico se espera que sus documentos sean verdaderos (o al menos falsificaciones históricas verdaderas, llegado el caso).
Es en las fuentes de información secundarias donde realmente es importante la autoridad de la fuente. Periodistas, autores, investigadores…. Con una reputación y nivel de credibilidad en base a sus trabajos anteriores y posteriores, así como conocimiento del tema que abordan. Suelen estar legitimados por terceros o instituciones.
Por su parte las fuentes terciarias a menudo no tienen un autor definido. Simplemente no tienen autoría o son el resultado del trabajo conjunto de múltiples autores en colaboración.
Relevancia de la información
La relevancia de la información que ofrece una fuente es algo subjetivo, que depende del tema y el enfoque de la investigación que estemos realizando. Por eso, es importante justificar por qué una fuerte resulta relevante para nuestro trabajo y cuáles son las aportaciones (datos e información) que la hacen importante.
Actualidad de la información
Manejar información actual es trascendental con según qué temas. Para empezar, muchas fuentes secundarias pueden resultar obsoletas, utilizar metodologías desfasadas o planteamientos que hoy se consideran éticamente inaceptables.
Objetividad y fiabilidad de la información
Cuando se utilizan fuentes secundarias, es imprescindible hacer una valoración crítica sobre su nivel de objetividad para dar (o negar) credibilidad a la información que aportan. Esto puede hacerse fácilmente comprobando las referencias que aportan a sus fuentes primarias, las metodologías utilizadas o las técnicas de análisis empleadas sobre los datos originales.
Cómo utilizar fuentes de información de forma efectiva
Utilizar los diferentes tipos de fuentes de información de manera efectiva depende de algo tan pragmático como el acceso que tengamos a ellas. Por eso, antes de elegir un tema de investigación, conviene contar con las fuentes que tenemos más a mano.
En general, se espera que una investigación combine diferentes tipos de fuentes para resultar completa, actual y trascendente. Aunque existen trabajos académicos científicos basados únicamente en el análisis de fuentes de información primarias, contienen referencias a trabajos anteriores al describir sus metodologías, la motivación para su estudio o incluso las vías de investigación que abren y posibles conexiones con otras investigaciones.
Identificar y seleccionar las fuentes de información adecuadas
Los manuales, obras de referencia, catálogos de bibliotecas y las bibliografías de trabajos previos sobre el mismo tema, son tipos de fuentes de información de partida para nuestra investigación. Muchas son accesibles online, algo por lo que no deben ser descartadas de forma automática.
Que una fuente indique de dónde obtiene sus datos, siempre es un indicio de fiabilidad. Así mismo, que cite otras fuentes secundarias da idea del nivel de contextualización de este trabajo. Por último, que sea citado por otros autores es un indicativo de su relevancia e influencia.
Leer y analizar críticamente la información
El análisis crítico de la información es imprescindible en cualquier ejercicio de reflexión, incluyendo los trabajos científicos. La lectura crítica de la información implica cuestionarse por qué se interpretan los datos de una cierta manera y hasta qué punto los resultados pueden o no ser concluyentes o relevantes. Cotejar y comprobar datos e información, contrastándolos con los resultados de otros trabajos, es una forma objetiva de avanzar en la ciencia.
Citar correctamente las fuentes de información utilizadas
Es imprescindible citar tanto nuestras fuentes de información como nuestras referencias. Las fuentes primarias de información deben especificarse para respaldar nuestra investigación y al mismo tiempo poder ser consultadas por otros autores y las fuentes secundarias deben ser reconocidas en su autoría, para no incurrir en plagio.
Los sistemas de referencias contienen instrucciones específicas sobre cómo citar cada tipo de fuente; primaria, secundaria o terciaria, incluyendo qué tipo de soporte las recoge y otros detalles, como por ejemplo cuándo han sido consultadas por última vez.
Conclusiones
La utilidad de las diferentes fuentes de información que existen es algo subjetivo. Una fuente puede ser relevante o no dependiendo del tema que investiguemos y cómo planteemos dicha investigación. Que una fuente sea útil o no viene determinado por el hecho de que satisfaga o no nuestras demandas ¿Responde a tus preguntas o resuelve tus problemas? Entonces, es útil. Pero antes de basarte en ella, recuerda comprobarla para cerciorarte de su fiabilidad.