Trucos para sacar el máximo rendimiento a tus horas de estudio
¿Aprender o conseguir el título? La respuesta a esta pregunta divide a los estudiantes en dos grupos. Ambas respuestas son correctas, pero suponen una gran diferencia: la de quienes estudian para cumplir un expediente y quienes disfrutan de la experiencia mientras lo hacen.
La motivación es una de las principales claves para el éxito de un estudiante. Puedes encontrar la tuya en grandes objetivos a largo plazo (como conseguir una titulación oficial que te lleve a optar a un buen trabajo) o centrarte en tu crecimiento personal mientras aprendes y disfrutas cosas nuevas día a día.
Seas cuales sean tus motivos, conseguir el mejor rendimiento para lograr buenos resultados depende, en realidad, de cosas muy sencillas que cualquiera puede poner en práctica. Eso es exactamente lo que te contamos a continuación.
- Elegir el sitio y el momento adecuados. Debes estar cómodo y descansado.
- Crear un hábito. Sentarse a estudiar día tras día es difícil. Al principio es posible que se trate más de calentar la silla y tratar de mantener la concentración que de otra cosa, pero a los pocos días empezarás a ver resultados.
- Convertir cada sesión de estudio en un pequeño reto, con objetivos claros que veas cumplidos cuando terminas cada día.
- Ser estricto con los periodos de estudio y de descanso. Nada de 5 minutitos más… Sé generoso contigo mismo: súrtete de lápices, blocs y todas las herramientas básicas que te faciliten el estudio.
- Conoce tus ritmos. ¿Eres una persona de mañanas, de tardes o de noches? ¿Cuántos minutos puedes trabajar realmente concentrado?
- Utiliza las clases para motivarte y avanzar. Asistir a clase (preparándotela antes) te ayudará a involucrarte y lograr una mayor confianza.
- Comparte tu experiencia con otros estudiantes en tu misma situación.
- Equilibra las horas que pasas sentado estudiando con tiempo de ejercicio y al aire libre.
- Duerme y cuida tu higiene y tu alimentación.
Encontrar protocolos de estudio que te motiven y potenciar los resultados utilizando tus puntos fuertes (memoria visual, curiosidad, capacidad de síntesis…) hará que estudies más y mejor.
Trucos prácticos para estudiar por materias
Desde que empiezas a configurar tus propias sesiones de estudio, empiezas no solo a aprender cosas nuevas sino a conocerte tus puntos fuertes (y débiles). Sacar el máximo rendimiento es una cuestión de apoyarte en lo que mejor se te da.
- Medicina y los trucos para recordar. Los estudiantes de Medicina llevan siglos creando frases y “palabros” para recordar secuencias de huesos, músculos… Muchos de estos trucos están compilados online, perder un poco de tiempo en buscarlos te hará ganar muchas horas a la hora de memorizar.
- Derecho. Estudiar en grupo y en voz alta es una de las claves para el éxito en los exámenes de Derecho. Pero antes de lanzarte te aconsejamos categorizar la información subrayando palabras clave y creando mapas conceptuales.
- Artes y Humanidades. Aprender a deducir y relacionar es una de las claves para conseguir sacar buena nota en carreras como Historia del Arte, Antropología, Literatura… Deduce las características de cada movimiento histórico y luego trata de reconocerlas (o no) en cada obra, objeto o texto a analizar. Hay estudiantes con mucha memoria visual, otros que retienen mejor si hablan mientras memorizan, y también quienes crean sus propios juegos para recordar datos concretos. Todo vale mientras dé resultado.
Estudiar es duro, pero tiene sus recompensas más allá de la titulación o los conocimientos adquiridos: un buen estudiante es aquel capaz de crecer en lo personal aprovechando lo estudiado.
Las 5 cosas a evitar si quieres conseguir ser un buen estudiante:
El proceso de estudio es algo muy personal. Aunque existen muchas técnicas de estudio de eficacia comprobada, no todas tienen por qué funcionar igual de bien para ti. Mantente fiel a ti mismo y rétate con cada jornada de estudio: cumplir pequeños objetivos a diario es la mejor fórmula para sentirte satisfecho y poder continuar motivado hasta llegar al examen.
Ser buen estudiante es mucho más que saber cosas: es poner en práctica nuestra capacidad de aprender por nosotros mismos y ganar, para el resto de nuestra vida, la confianza que esto supone.